jueves, 16 de febrero de 2012

Árbol

Árbol del desierto

Sigo siendo aquel triste árbol
que arañaba el cielo en busca de agua,
que arañaba el suelo en busca de algo
que no fuera polvo y guijarros.

Abrazado al desierto y sin remedio
como única razón de existencia,
acostado y sin ningún miedo
de que nadie venga a salvarme.

Sigo haciendo fuerzas para florecer,
sigo filtrando el aire con mi tronco
más que seco, muerto de sed
y sin esperanzas de parir flores primaverales.

Estirado, deseando que la lluvia me toque
y arrastre el polvo de mi superficie,
que deje al sol despertar algún tallo joven
y me crea cuando le diga que nací en un oasis.



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