Yo también en notado los cambios que ha ido sufriendo el tono de mis palabras, especialmente en las entradas asignadas a "Charcos de barro". No sé si agresivo es el adjetivo más apropiado; crítico, irascible, tenso, de una agudeza ingenua.
Hablo de Chile, qué fácil es hablar de Chile ¿verdad? De terremotos de una intensidad que sólo podemos imaginar por las imágenes de materiales a ras de suelo y una lista de nombres, muertos o heridos, ni caras siquiera; en un país colonizado por españoles con cascos y espadas (tan disfrazados que parecen ajenos a nuestra realidad, sí, fueron humanos como tú y como yo) y del cual apenas conocemos su Historia, también parte de la nuestra. Qué fácil es describir lo que muestra el espejo cuando no se está frente a él.
Quizás quiera pensar que es cierto todo lo escrito hasta ahora porque no quiero ver mis errores, porque el final me da la tranquilidad de lo inevitable, porque aumenta mi libertad dentro de los sueños cuando descubro que queda poco para despertar.
Si estoy en lo cierto, la siguiente década será la que más desastres naturales haya albergado en la Historia del Hombre, quizás la misma en la que descubramos que es demasiado tarde.
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