Análisis

Son las 3:00 de la mañana, mañana me levanto a las 8:00 para hacerme un análisis de sangre: mi madre dice que duermo demasiado... el médico me pregunta que si estoy cansado... y yo le contesto que hace mucha calor. Mañana me pinchan. Pero no me importa, esta ha sido una buena noche. Hemos hablado de cosas serias, del amor. Hacía tiempo que no hablábamos del amor, la mejor fuente de recuerdos.

La mayor parte de mi tiempo es de esta pantallita, al menos el diurno... Aunque en realidad sólo tengo una responsabilidad real: enviar dos cortos a una lista de 150 concursos, tengo tiempo, o eso creo yo, pero no me pongo, no sé si es porque nadie me presiona ni me anima, porque es algo tan tedioso que me asusta, porque necesito una impresora... qué se yo.

El inglés es un proceso, no una meta; las redes sociales son cinco minutos; y este blog, soy yo. Este rinconcito tumbado sobre la web, mi qué he aprendido hoy de cada día, aunque admito que el grafeno o José Emilio Pacheco no son temas de conversación muy comunes entre hermanos. Hasta a mí me cuesta imaginarme hablando de eso... sin embargo aquí apenas escribo sobre el amor. Supongo que es mejor parecer estúpido que escribir y demostrarlo... Es mejor hablarlo. Hablando del amor es cuando se siente, mientras se buscan las palabras se encuentran los significados, los yos y los tús, los nosotros.

Lo cierto es que tengo mucho tiempo libre (si me oyera mi madre...), sigo haciendo muchas cosas, solitarias la mayoría, y ella no entra por el marco de mi esperanza, una mirada es una invitada perdida en mitad de una casa sin ventanas y las cortinas están desteñidas.

Hasta me pongo metafórico, no nos engañemos, no sé qué decir... qué decir cuando mañana me pinchan y una ñoñería que roza lo pueril no deja de preguntarme si existe el amor, de obligarme a hacerme cada mañana esa pregunta sin astillarme la inocencia... qué decir si hace mucho tiempo que no miro a los ojos a un corazón, que abrazo la almohada por las noches.

Con esta calor de aguja...