sábado, 31 de julio de 2010

Elemental

Casi todos los muchachos españoles que profesan la intelectualidad hacen el efecto de viajeros que se han apartado del camino y divagan por los bosquecillos y prados de los alrededores. Sería indispensable volverlos al camino, pero ¿cómo? ¿de qué modo? Están faltos de todo lo elemental. Habría que limpiar su corazón de los apetitos bajos. Habría que desescombrar su inteligencia por una disciplina que no han sufrido jamás. La ruta verdadera los espanta; tan larga y penosa es. Casi todos tienen las ambiciones rastreras, la codicia vulgar de la dañada burguesía. El horizonte amplio, la meta lejana o inasequible, el desinterés, la rectitud, en fin, de la voluntad y del entendimiento no son de su reino. A causa de esto nada espero de mi generación. Los mejores (digo los mejores) llegarán a darse cuenta de la razón de su impotencia; será un triunfo si consiguen remover los obstáculos y evitan que sus sucesores enfermen del mismo mal.

Manuel Azaña.

De Cuadernillo de apuntes: 1912-1915, en Obras completas, tomo III, página 795.
Extraído de El autor en España (1900-1936).

Intervención de José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente de España, en la presentación del libro.

Algo tediosa al principio pero interesante desde la relevancia del personaje y el contexto histórico de su vida

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