miércoles, 22 de septiembre de 2010

Control mental

No vamos a negarlo. Todos hemos soñado alguna vez con controlar cosas con el pensamiento, casi tanto como querer despertar antes de que muera la madre de Bambi. Aunque lo segundo es algo más exclusivo de mi generación...

El hombre del futuro es un obeso o un escuálido hombrecillo (aún está por determinar) con la cabeza muy grande, que ha sido atrapado por la comodidad y los beneficios que le proporcionan sus poderes sobrenaturales. Atentos a la siguiente charla de la mano de Tan Le, co-fundadora y presidenta de Emotiv Systems, otro gran paso hacia ninguna parte:




(Vía Techland)

Salen a la palestra dos temas muy interesantes.

1. Nuestros avatares imitarán nuestras expresiones faciales, nuestros movimientos con total exactitud. Sin movernos, sólo con pensarlo. No más botones atascados y "¡no gira! ¡no gira!". Es una habitación donde cualquiera podrá cobijarse sin miedo a visitas inesperadas (imagino que habrá salas privadas), los reencuentros entre amigos separados por distancias incontables se realizarán en comedores virtuales, podremos tocarles, compartir una cervecita fría que sería mejor compaginar con la imaginación; otra sociedad paralela, núcleo social, no red. Hemos ganado lugares infinitos, artificiales, a cambio de perder el único imprescindible.

2. ¿Qué será de los momentos vacíos? Si aún no llevamos auriculares implantados en las orejas es por el miedo a la sangre o porque todavía no tienen un buen diseño. El riesgo es que no deberemos recorrer el salón, apartar las sillas, coger el palo y correr la cortina para que entre un poco de luz en todo ese desorden; puede que sólo pensemos en que se abren, se abran, y creamos que todo está en su sitio. Prefiero creer que el tiempo será el mismo, sólo cambiará la forma de llenarlo, nunca los motivos.

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