Y no haces nada para impedirlo
Me has atrapado. Es cierto.
Esta noche he paseado un poco más despistado de la cuenta
y no he podido predecirte.
¿Qué debo hacer ahora para que me dejes libre?
¿Quieres que llene el almohadón de nubes
o prefieres que exilie por el retrete los relojes?
Mi piel está empezando a cambiar de cuerpo
y no haces nada para que sea al tuyo;
se diluye en el arcoiris de los charcos
que rondan venenosamente las alcantarillas,
ajena a tu arco de fuego, que apaga las flechas,
y no haces nada para impedirlo.
Es del todo cierto. Soy estúpido,
a veces prefiero pensar que no estoy solo
para engañarme, para creerme que estoy loco
y me deje estarlo en paz,
y no haces nada para impedirme.
Especialmente solo en estas noches de verdad cegadora,
de luz que no se apaga, de aire de ventanas al mar,
de manteles tendidos y texturas de seda,
de ojos que no quieren cerrarse,
de eso a lo que llaman esperanza...
y no haces nada para impedirlo.
SpNt2005 - 7/12/09
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