martes, 2 de diciembre de 2014

Diferente


Heurística de la normalidad

Todos los animales son iguales
pero algunos animales son más iguales que otros
George Orwell


Ni los sabios son inmunes a la ignorancia
ebria en dirección contraria.

La lectura, el pensar, la palabra;
inversiones del alma que no desgravan
ni cubren el coste del mañana.
Algo, quizá, aligeran la deuda temprana;
tal vez, si acaso, ejercitan silencio y buen habla.

Cosas tristemente innecesarias
     para construir una casa,
          para pagar una casa,
               para derribar la casa.

Se aprende más de una bacteria
que de mil farsantes de izquierda-derecha-izquierda.
Se siente el calor de una estrella
cuando se apagan las velas...

... y la normalidad es de cera.

Los normales
     compran porque no tienen,
     conservan porque no venden,
     venden porque no quieren.

Normalmente, a los normales
no les gusta vivir
     viciando el aire,
     talando árboles,
     asfixiando mares.

Los normales sólo quieren ser más normales
que el salario mínimo
y los beneficios sociales.
Quieren ser plenamente normales:
rozar la exosfera con dedos de humo,
derribar un bosque de un soplido,
beberse el río de un trago
y recibir los elogios de sus normales.

El saber, sabiamente nos hace diferentes
a cada segundo, más ajenos, más distantes
de los maniquíes de escaparate.

Los diferentes no sueñan con ser normales,
aspiran, humildemente, a que sus diferencias
hagan a otros diferentes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario