viernes, 1 de abril de 2011

Cosa

Cosa

La cojo de la mesa,
la revuelvo entre mis manos, juego a enredarnos
y se me resbala
¡paf!
Contra el suelo.

La recojo
y la dejo sobre la estantería
con los dedos manchados,
marcado
por un trágico número de preso.
Se queda quieta,

ni una sonrisa.

Pasan los amaneceres
y las lunas frente a sus ojos
irrepetibles veces.

Sigue ahí, mirándome,
sin darse por aludida,

ni una tristeza.

Me acerco,
permanece,
la acaricio
como un suspiro de ostra
sobre perla.

La observo
y me recuerdo en primavera.

No dice nada,
no se mueve,
sólo renace del polvo,
llena el espacio
con su aroma a nostalgia.




SpNt2005 - 10/2/11

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