domingo, 20 de junio de 2010

Escribir

Un blog o un diario deben estar llenos de cosas, no de fechas.

Imágenes, no tiempos.

No debe estar limitado por el color con el que el sol pinta las hojas, es la única forma de que aún sepamos diferenciar fuera y dentro, siendo hogar. Deben ser "tú y nosotros"; lo que vemos, lo que oímos, lo que soñamos; lo que es tu mundo.

Sólo una duda y papel blanco, proponerle una pregunta sin respuesta a los trozos de materia interiores a los bordes, empezar con los ojos cerrados, construir una imagen improvisada del proceso y obtener a cambio la respuesta a la pregunta que no supiste hacerte en un principio. Así de simple. Seguir buscando.

La pincelada que nos arranca la sorpresa, el esquema de nuestras inquietudes, nosotros, somos todo. ¿Compartirlo? Quizá sea una temeridad propia de la inocencia, pero la curiosidad es a lo único que me aferro. La escritura implica, al menos para mí, un mundo complejo como forma de vida... de utopía de antemano inquebrantable, construida en materia infinita. Pero este es mi puesto de esclavo, mi número de engranaje: escribir.

Es cierto, la tinta quema, pero lo peor que puede pasarme es que tenga que aprender de las cicatrices.

Lo siento, no pudiste evitarlo, solitario.

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